Había nevado el día anterior. Ultzama estaba, como siempre, preciosa con la capa blanca. Y el roble milenario de Orkin, en Arraitz, majestuoso. Después de andar un poco comimos estupendamente y, por supuesto, alargamos la sobremesa. Un día redondo.
Había nevado el día anterior. Ultzama estaba, como siempre, preciosa con la capa blanca. Y el roble milenario de Orkin, en Arraitz, majestuoso. Después de andar un poco comimos estupendamente y, por supuesto, alargamos la sobremesa. Un día redondo.